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Siempre he vivido cerca del mar, y las ciudades costeras siempre han aparecido en mi vida, pero fue solo hace unos años que finalmente llegué a vivir en una. Estar a cien pasos de la playa, durante todo el año, me permitió descubrir la extrañeza de la vida costera por mí mismo. Porque hay una vida secreta en las ciudades costeras que no descubres si solo vas allí en verano y te sientas al sol: una vida secreta de clima extraño y mareas misteriosas que está llena de potencial para la aventura.

Peinarse en la playa es una verdadera alegría, y la mejor temporada para eso es el invierno, cuando las tormentas y los mares salvajes agitan cosas que yacen enterradas y olvidadas debajo de la arena, y las arrojan a la playa por un breve momento antes de enterrarlas nuevamente. Si tiene suerte y es paciente, puede encontrar estas cosas antes de que eso suceda. Donde vivo, en la costa sur de Inglaterra, encuentro gemas de vidrio marino, extrañas piezas de madera flotante, incluso los huesos de criaturas prehistóricas. Y si bien es infinitamente fascinante descubrir cuáles son esas cosas en realidad, también es interesante preguntarse qué podrían ser en una historia.