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Actualidad

REENCUENTRO JUVENIL CON LAS CULTURAS NATIVAS

La literatura tiene la capacidad de adentrarnos en mundos que creíamos lejanos o hasta inexistentes.

'Memorias de Andrés Chiliquinga' y 'El hombre-pez y las tablillas de la memoria' son dos historias en las que el sociólogo y escritor Carlos Arcos Cabrera explora la psicología de personajes de la cultura Jama Coaque y la otavaleña.

En 'Memorias de Andrés Chiliquinga' (2013) el autor se propuso hacer una lectura diferente, algo rebelde, de 'Huasipungo' el clásico de Jorge Icaza de 1934. El protagonista, Andrés Chiliquinga, es un joven otavaleño que se traslada a Nueva York para un curso de literatura de verano.

Allí conoce a María Clara Pereira, una ecuatoriana hija de un diplomático. Ella le presenta a 'Huasipungo'; el protagonista se da cuenta de que, además de ser tocayo de Chiliquinga, comparten una historia tan cercana que podrían ser la misma persona.

En 'El hombre-pez y las tablillas de la memoria' (2016), Arcos Cabrera recrea el mundo mitológico de los habitantes de JAM' (Manabí). WHU', un hombre que en lugar de piernas tiene una cola de pez, registra la historia de su pueblo en tablillas de barro.

Las dos relatos están dirigidos a lectores jóvenes que los suelen leer en las aulas de clase. 'El hombre-pez y las tablillas de la memoria' los enfrenta a dos escenarios: el fantástico y desconocido mundo de los hombres y mujeres que estaban estrechamente unidos al 'mullu' (spondylus) y a la lucha por salir adelante a pesar de las discapacidades y el rechazo.

Para Arcos Cabrera, la literatura le pone al lector frente al hecho de la diversidad y la evidencia de las diferencias. "La ficción lo que hace es restituir con audacia una memoria que se ha perdido", dice el autor.

Al Ecuador se lo podría describir como el país de las diferencias, no solo actuales, sino históricas. Al conocer el pasado y a quienes habitaron en estas tierras, los jóvenes pueden entender mejor su país.

Los chicos -cuenta el escritor- lo sorprenden con sus comentarios y preguntas en sus visitas a los colegios. "Hacen una lectura inteligente e intensa, buscan atrás de las palabras", cuenta. Incluso, algunos han hecho representaciones teatrales de las obras.

Lo que inspiró al autor a escribir sobre la cultura Jama Coaque fueron sus constantes visitas al Museo Arqueológico de Jama, en Manabí. Con la observación de las cerámicas, se preguntó qué sentían aquellos hombres y mujeres que venían del mar. Además, le sorprendió la valoración extraordinaria que tenían y el trabajo en la spondylus. Tanta se la apreciaba, que comerciaban con los incas del Perú.

Con una mención de honor del Premio Nacional Jorge Icaza y Premio Nacional Darío Guevara Mayorga, 'Memorias de Andrés Chilinquinga' también sacude a los lectores otavaleños. Ellos, según Arcos Cabrera, se sienten profundamente identificados y se cuestionan "cómo un 'mishu' (mestizo) puede entendernos".

Para el autor, todo ecuatoriano tiene en su espíritu una voz que se llama 'Andrés Chiliquinga', ya que nuestro castellano es profundamente kichwizado.

Con ocho reimpresiones, la obra también explora las relaciones interétnicas, pues hay un enredo amoroso entre Andrés y María Clara. Nos demuestra cómo el amor puede ir más allá de las diferencias físicas y culturales.

Fuente: http://www.revistafamilia.ec/articulos-mi-ecuador/9240-reencuentro-juvenil-con-las-culturas-nativas