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Loqueleo: un espacio de papel para los jóvenes lectores

Una niña decide narrar el día a día de su padre al no comprender por qué él, siendo un escritor, no cuenta su propia historia. Una pequeña llamada Azul descubre un poco más sobre su pasado y su familia luego de mudarse a la casa de una tía hostil. Y el joven detective Miguel Luna enfrenta con su amigo Tomás los misterios de una bestia invisible. Estas son algunas de las historias para niños y jóvenes que Editorial Santillana publicará en Loqueleo, un sello con 64 títulos clásicos y contemporáneos como Armando José Sequera, Laura Antillano, Rosario Anzola, Annely Keller, Fedosy Santaella y Mireya Tabuas, entre otros autores venezolanos.

"La serie está adecuada a cada edad: prelectores, infantil y juvenil", explicó Lisbeth Villaparedes, directora editorial de Santillana en Venezuela.

Los textos para niños entre tres y cinco años actuarán como iniciación a la experiencia de la lectura, con narraciones bien escritas e imágenes de calidad, mientras que las publicaciones infantiles (para pequeños entre 6 y 12 años) ofrecen la oportunidad de que el niño se identifique con personajes y autores, y comience a crear su biblioteca personal. Una colección que a partir de los 14 años enriquecerá con libros juveniles y adaptaciones de clásicos de la literatura universal.

"Cada lectura tiene su edad, y eso tiene que ver con la experiencia", agregó el profesor y escritor Carlos Sandoval, para quien, si bien "la literatura como bien universal no mejora el colectivo, sí hay posibilidades de que un libro cambie a las personas".

La pedagoga musical Annely Keller considera que "hay que enseñar a los niños a pensar, a ser críticos, a hacerse preguntas". Y para ello está la lectura.

Desde 1960, Santillana se ha caracterizado por ser "una alternativa educativa para fortalecer conocimientos", señala Villaparedes, pero Loqueleo se forjó además con la premisa de "que la lectura sea una forma de ser y de vivir". Es decir, tiene la intención de barrer el mito de que leer no es divertido.

"Cuando alguien me dice que un libro es muy bueno porque enseña mucho, me da terror. El objetivo de la literatura no es moralizar, el abordaje verdadero es que la persona se reconozca y se encuentre en el otro, que es el personaje. De lo contrario, la lectura se vuelve escolar y aburrida", dijo Rosario Anzola. "Los docentes cumplen un papel fundamental al deslindarse de la pregunta '¿qué aprendimos del cuento?'. Yo prefiero cambiarla por '¿qué sentimos?'".

Para Reynaldo Cedeño, asesor pedagógico de Santillana, la producción literaria tiene además un nuevo reto: el de prevalecer en una "competencia desleal con las pantallas, que parece que divierten más".

Sin embargo, el proyecto no desaprovecha las ventajas de las nuevas tecnologías. Según Villaparedes, "Loqueleo contará con una plataforma de comprensión lectora que podrá ser usada por docentes para evaluar competencias". Además, la editorial aspira que Facebook, Instagram y YouTube propicien la construcción de comunidades de profesores y seguidores de los libros.

El nuevo sello se viene desarrollando desde 2015 y está presente en 22 países.