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De origen sevillano, Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) se estableció en Madrid con el deseo de hacer carrera literaria. Colaborador habitual de periódicos como El Contemporáneo, donde publicó la mayoría de sus Leyendas, su vida sentimental estuvo marcada por dos mujeres: Julia Espín, de quien se enamoró en 1858 y a quien se dice que están dedicada buena parte de sus poemas, y Carla Esteban, con quien contrajo matrimonio en 1861. En 1867 Bécquer comenzó a preparar un manuscrito con todas sus Rimas, pero este desapareció durante La Gloriosa (1868) y él se vio obligado a reescribir de memoria sus poemas en el llamado Libro de los gorriones. Un año después de su muerte, sus amigos realizaron una colecta gracias a la que vieron la luz en 1871 los dos tomos de sus Obras, con las que Bécquer acabaría convirtiéndose en uno de los autores más influyentes de la literatura posterior.